A mis enemigos

«En vez de odiar a nuestros enemigos deberiamos compadecerlos: Si desperdician tanto tiempo en odiarnos significa que no pueden tener una vida propia»

Cierto forero de la nueva alcantarilla me ha dedicado unas palabras y como El Flautista es educado y agradecido, aún mal que esté que lo diga yo, voy a responderle desde el fondo de mi corazón pues creo que aún no son conscientes de lo que tienen enfrente. Tan hermosa frase me ha dedicado («Flautista, eres la razón de nuestra existencia. Si ladras es porque seguimos aquí»), que todo mi ser ha temblado desde las venas del pie hasta la punta del pelo y es por ello que debo agradecerle su fijación en mí y en este blog que nadie lee, por lo visto.

Nadie te dedica días, ni regalos ni honores, ni pensamientos ni nada, yo intentaré ahora al menos, humildemente regalarte este poema.

Querido enemigo, te escribo a ti, porque nadie se acuerda de ti bien, solo lo hacen para insultarte, agredirte, odiarte, y no ven que gracias a ti yo descubro infinidad de bellezas a mi lado.

Querido enemigo, gracias a ti sé quienes realmente me quieren, gracias a ti descubro a mis amigos, gracias a ti descubro la verdad de la mentira, gracias a ti la luz se evidencia de la tinieblas.

Querido enemigo, que te esfuerzas por destruirme, gracias a ti me ayudas a perfeccionarme, gracias a ti me mantienes atento y en estado atlético para contrarrestar tus ataques.

Querido enemigo, parte de mi grandeza te la debo a ti, parte de mi belleza, parte de mi crecimiento y parte de mi esplendor.

Querido enemigo, sin ti yo no sería tan bueno, no podría compararme, no tendría de quien diferenciarme, no tendría motivos para decir: así no quiero ser.

Querido enemigo, que me ayudas en mi propio crecimiento personal, te saludo y te honro porque muchos llamados amigos son peores que vos, pero no tienen el coraje de llamarse enemigos, son lo peor de lo peor, hipócritas cobardes que no tienen la grandeza de ni entrar en la batalla en la vereda de enfrente como vos pero se esconden de mi lado para a veces arañar desde la espalda.

Queridísimo enemigo, que tantas veces nos hemos enfrentado, en las cuales a veces gané yo y otras tantas vos, cuyo sable tocó mi carne y mi espada tu alma, no me aflojes, mantente fuerte para seguir exigiendo de mi lo mejor de mi.

Querido enemigo, se que tu flor caerá sobre la mía si es que en la próxima batalla la victoria es tuya al igual que haré yo si la victoria es mía, pero tu oscuridad hoy me ha enseñado a seguir la luz, tu oscuridad me ha marcado por teoría del absurdo cual es el camino a no seguir, tu oscuridad me ha ayudado a encontrar las estrellas amigas dentro de la implacable noche de la que eres amo y señor.

Querido enemigo, las palabras y títulos son solo juegos, los roles que nos han tocado hoy son estos, tu de un lado y yo del otro, pero ese juego de sinergias es lo que produce el maravilloso y dinámico flujo llamado vida, y aunque nos juguemos esa vida en cada batalla que enfrentamos, debo agradecerte tanto por hacerme sentir tanta vida adentro mío y obligarme a aferrarme a la misma, a defenderla, a adorarla, cuidarla, honrarla.

Querido enemigo, suerte en la próxima batalla, la vas a necesitar, porque estoy mas afilado que nunca y no te tendré misericordia, decapitaré tu cabeza en cuanto pueda, así que no haces mal si te llenas de temor, estoy listo para aniquilarte, aún así, te agradezco hacer aflorar de mi toda esta energía, creativa, temeraria, positiva, generadora de tantas maravillas.

Querido compañero, suerte y que gane el mejor, que seguramente seré yo, … aún así, gracias por estar, porque no sabes cuanto me has ayudado, gracias y que sea lo que Dios quiera.